martes, 5 de julio de 2011

La escafandra de Siebe Gorman.

  


     El símbolo por naturaleza de un buzo o cualquier practicante del submarinismo es, sin duda alguna,  la escafandra. Todos hemos sentido admiración por los buzos clásicos cuando en esas primeras inmersiones se jugaban la vida, ya que los problemas de descompresión y suministro de aire todavía no estaban tan estudiados como actulamente. Decir Siebe Gorman en el buceo son palabras mayores, forma parte de los cimientos del buceo actual. El material de Siebe está muy cotizado, es por ello por lo que mi regulador bitráquea Mistral de Siebe Gorman & Co. lo tengo en una vitrina como una de mis joyas. 
 
   En 1819 el alemán Siebe crea el modelo más antiguo de escafandra basándose en el principio de campana alimentada desde la superficie. El término “escafandra” tiene su origen en el griego scafos (navío) y andros (hombre); lo que significa algo así como “navío personal”.



   La primitiva escafandra de Siebe (1819), en cierto modo recordaba el concepto de la campana pues se trataba de un casco ligeramente esférico, con una especie de peto en la parte inferior que el buzo se apoyaba sobre los hombros, la pieza metálica iba unida a una especie de chaqueta de cuero que le llegaba hasta la cintura que es por donde expulsaba el aire sobrante de la respiración. Sin embargo, tenía el inconveniente de que si el buzo inclinaba la cabeza más de lo debido se le escapaba el aire. El aire lo recibía por medio de una bomba a través de la parte superior del casco y se eliminaba por una válvula situada al lado derecho de la parte inferior de éste, el cual iba provisto de tres mirillas (que es ni más de menos que una minicampana de Haley de bronce con ventanas...). Años más tarde, en 1830 a 1837, Siebe logra el traje completo de buzo clásico cuyo fundamento se mantiene vigente hoy en día, y así nace el buzo clásico y los problemas de aeroembolia y descompresión, entre otros.

   El traje era estanco, cubría todo el cuerpo, y estaba confeccionado con tejido de lona cauchutada que lo hacía impermeable. El ajuste del casco con el traje se hacía por medio de una arandela acoplada a la parte superior del traje que encajaba con el casco por un sistema de media vuelta y cuya junta quedaba completamente hermética. El buzo calzaba unos pesados zapatos de 15 kg cada uno que a su vez le servían de lastre además del que en forma de escapulario llevaba colgado sobre el pecho y espalda.

   El traje de Siebe resultó un éxito para la época y enseguida fue adoptado por las marinas militares y buzos profesionales de casi todo el mundo.

   Sin embargo distaba de ser perfecto.... El temido “golpe de ventosa” y la no menos temida “subida en balón”, eran accidentes frecuentes, además de todo un rosario de enfermedades descompresivas.

   El problema comenzó a remediarse en parte con la publicación por el médico escocés John Scott Haldane, de las primeras tablas de descompresión que serían utilizadas por todas las marinas y buzos del mundo, cuyo fundamento ha servido para la confección de otras más perfectas. Comienzan a hacerse estudios sobre la fisiología de la inmersión y nacen las "cámaras hiperbáricas".

1 comentario:

M. dijo...

Por casualidad he encontrado tu blog, todo lo que tiene que ver con el mar es digno de ser escrito.
Solo quiero dejar algo en referencia a esta entrada.
Un saludo.
http://historiadeunbuzo.blogspot.com.es/2010/11/equipo-de-buzo-clasico-siebe-gorman-co.html